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domingo

Vivir, amar, soñar, compartir y...

A propósito de la primavera, de su calidez, perfume y colorido... existe un tipo de mariposa cuya vida entera dura sólo un día... ¡sólo uno!

 Al amanecer, nada más nacer, valerosa y frágil, explora el mundo que se abre en derredor con la ilusión y el entusiasmo de quien descubre las cosas por primera vez. Se sumerge en el néctar dulcísimo de las flores mientras se embriaga con su perfume. Se refresca en el rocío mañanero con el regocijo de una niña en una piscina de plástico: segura, alegre, confiada... Y ya, al mediodía, como tierna adolescente, disfruta inundándose de sol y vida mientras, quizá, sueña con amores imposibles acompañándose de la suave melodía de su elegante batir de alas... Al atardecer, sin tiempo para descansar, se entrega al airoso baile que atraerá a la pareja soñada, cumpliendo muy suavemente con el ciclo vital de su existencia...  al anochecer, envejecida ya por el paso del tiempo, se recoge en una esquina, feliz, recordando con satisfacción, convencida de que valió la pena vivir sólo para experimentar, para conocer, para compartir, para amar... En 24 horas concentra sus pasiones, su amor, sus juegos, sus desilusiones, sus esperanzas. Y al final… muere.

Muchos pensarán que el ciclo de su vida es demasiado breve, demasiado efímero, volátil… injusto, pero, siendo así, seguro que para su ser cada minuto de su existencia mereció la pena ser vivido. Supongo que muchas personas, en toda su vida de muchos años, viven menos que una de esas mariposas en un día. Porque vivir no sólo es respirar, vivir es sentir. Es ayudar y aceptar ayuda, es amar y dejarse amar, es sentir y ser sentido... Viendo las cosas así, desde esta perspectiva, es cuando te das cuenta que no es la cantidad lo que importa, sino la calidad de lo vivido. Y que, de alguna forma, nuestra existencia también comenzó de la misma manera y puede terminar cualquier anochecer, el día menos pensado, en cualquier momento.

A lo largo de nuestra vida conocemos a muchas personas sin ilusión, sin metas, sin un aliciente… sin vida. Todas caminan, hablan, observan... pero, ¿se encuentran realmente satisfechas con lo vivido? De todas formas, de nada sirve mirar hacia el pasado ni detenerse ahí. Ya nadie puede vivir en él. Sólo podemos vivir en el presente. Por eso muchos nostálgicos lo pasan mal al no parar de rememorar sucesos negativos del ayer. Es conveniente entregarse a la realidad, mirar hacia la realidad presente, procurando que la reminiscencia de épocas pasadas no intervenga en nuestra felicidad de hoy.

Amigos, no es el tiempo que vivimos, sino cómo lo vivimos. No es lo que hacemos, sino el amor con que lo hacemos. Porque sin darnos cuenta los años van pasando mientras nos afanamos en cosas que no nos llenan, sin darnos, quizás, la oportunidad de experimentar un pequeño sueño como el que puede ser realizar un viaje o vivir cierta experiencia. O salir de una situación estancada que ni nos llena ni nos hace felices. ¿Por qué no?

Pensad por un momento que si, como una de estas mariposas, fuéramos a morir al anochecer, ¿cuántas cosas que no hemos hecho al final de este día echaríamos de menos?.. ¿Cuántas cosas verdaderamente importantes nos daríamos cuenta que habríamos dejado de hacer?.. Cuánto tiempo veríamos perdido sin posibilidad ya de echarlo atrás. Visto así, no es tan injusto vivir sólo un día, sin más planes que disfrutar, dejarse llevar por esos prados verdes y ese cielo azul que embelesan la vista, y ese sol y ese viento que sonroja las mejillas…

Pues ahí lo dejo, amigos. Vivir, amar, soñar, compartir... y, sobre todo, perdonar. Para cuando llegue nuestro último día podamos partir, como la mariposa, felices, con la conciencia tranquila y la satisfacción de dejar la misión más que bien cumplida.



Fuente: " La plenitud de la mariposa" Rosa Sánchez

jueves

Es la Tierra

UN PÁLIDO PUNTO AZUL


Es la Tierra, y con ella, todos los seres humanos que están vivos en este preciso momento. No sólo es una foto de nuestro planeta, sino de toda nuestra civilización. Desde esa distancia, la Tierra apenas ocupa un píxel en la cámara de la Cassini


La imagen de la Tierra capturada por el Voyager I a 6 mil millones de kilómetros en 1990 permitió a Carl Sagan escribir, en 1994, dos años antes de su muerte, esta hermosa reflexión sobre nuestro planeta:

Desde este lejano punto de vista, la Tierra puede no parecer muy interesante. Pero para nosotros es diferente. Considera de nuevo ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestra casa. Eso somos nosotros. Todas las personas que has amado, conocido, de las que alguna vez oíste hablar, todos los seres humanos que han existido, han vivido en él. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de ideologías, doctrinas económicas y religiones seguras de sí mismas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada niño esperanzado, cada inventor y explorador, cada profesor de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie ha vivido ahí —en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.

La Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de una esquina de este píxel sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestras posturas, nuestra imaginada importancia, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo... Todo eso es desafiado por este punto de luz pálida. Nuestro planeta es un solitario grano en la gran y envolvente penumbra cósmica. En nuestra oscuridad —en toda esta vastedad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos.

La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad, y formadora del carácter.

Tal vez no hay mejor demostración de la locura de la soberbia humana que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amable y compasivamente, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que siempre hemos conocido.

Fuente: Publicado por:MARCO ANTONIO MORENO https://plus.google.com/+MarcoAntonioMoreno

miércoles

LAS NUEVE REVELACIONES (Español)


Las Nueve Revelaciones es una película realizada en 2006 y basada en la novela del mismo nombre escrita por James Redfield en 1993. Relata la historia de un hombre al que el azar o el destino dirigen a la selva tropical en búsqueda de ciertos pergaminos recientemente descubiertos que poseen valiosas ideas de índole espiritual, anuncian el comienzo de una nueva etapa que cambiará la percepción del hombre sobre el mundo. Sin embargo, esas revelaciones representan una seria amenaza para quienes las conocen. Abre tu corazón para que puedas entender el mensaje oculto que hay para ti en esta película


Cuando despertamos nuestra conciencia, fácilmente podemos conectarnos con nuestra divinidad...


martes

Ampliando conocimientos... ¿Sabes cuales son los motivos por lo que muchos no logran alcanzar sus metas?

Hay muchos motivos por los que las personas no alcanzan sus metas y se quedan atascadas en el camino hacia ellas, lamentando su mala suerte o reprochándose su falta de capacidad.

 Descubrir cuáles son tus motivos es el primer paso para cambiar las cosas.

John Lund / Getty Images
1. Pesimismo. El pesimismo es uno de los principales inconvenientes para alcanzar cualquier cosa en la vida. El pesimista se viene abajo ante el primer obstáculo y abandona ante el primer inconveniente porque los considera como señales del fracaso al que está “predestinado”. Si no eres optimista puedes aprender a serlo. Lee el libro Optimismo aprendido.

2. No aceptar consejos. La gente que cree que lo sabe todo suele ser la que menos sabe, porque no se molesta en aprender ni en escuchar a los demás. Hay personas que tienen experiencia y conocimientos relacionados con la meta que deseas alcanzar. Escucha lo que tienen que decirte, lee libros, aprende, fórmate. Cuanto mayor sea tu conocimiento, más probabilidades tendrás de alcanzar tu meta.

3. Falta de determinación. La determinación, la perseverancia y la fuerza de voluntad son elementos imprescindibles para el éxito.

4. Dejar que tus emociones te dominen. La ansiedad, la preocupación, la obsesión, los miedos (incluyendo tanto el miedo al fracaso como el miedo al éxito), las dudas, etc., pueden crearte muchos problemas a la hora de alcanzar tus objetivos. Por ejemplo, si los obstáculos o los problemas que surgen en el camino te hacen sentir muy mal, tenderás a huir y abandonar.

5. Dejar pasar las oportunidades. ¿Y si mientras estás desarrollando un proyecto alguien te propone colaborar? Tal vez no interese y hagas bien en rechazarlo, pero tal vez es justo lo que necesitas. En tu camino pueden aparecer nuevas oportunidades, aspectos que no habías tenido en cuenta, personas que

pueden ayudarte de un modo u otro. Por tanto, ten los ojos bien abiertos y aprovecha esas oportunidades cuando surjan.

6. Falta de flexibilidad. Para aprovechar las oportunidades, como decía antes, hace falta ser flexible, pero la flexibilidad también te ayudará a adaptarte en el camino hacia tu meta. Tal vez el plan que trazaste al principio necesita algún reajuste por el camino. Tal vez te das cuenta de que la meta que te has propuesto no se puede alcanzar si no logras algo diferente primero. Es decir, tienes que ser lo bastante flexible como para poder adaptarte a las circunstancias cambiantes, a los retos y los obstáculos del camino, haciendo algunas modificaciones en tus planes si es necesario.

7. Dejarte desanimar por los demás. No son los demás los que deben decidir tus metas, sino tú. Como explicaba más arriba, escuchar a los demás puede servirte de ayuda, pero si tratan de desanimarte y hacerte abandonar para que hagas lo que ellos digan, no se merecen que los escuches.

8. No saber lo que quieres o no tener metas claras. Si no sabes adónde vas es muy difícil llegar a ninguna parte. Por tanto, crear metas claras y realistas debe ser siempre el primer paso. Las metas vagas pueden ser también un problema. Por ejemplo, si estableces como meta perder peso, tienes más probabilidades de fracasar, porque es una meta bastante vaga. Es preferible ser más específico y decir: Quiero perder 4 kilos en 3 meses.

9. No hacerte responsable. Si culpas a los demás o a la mala suerte de los errores, obstáculos o fracasos, estás renunciando al control de lo que te sucede. Si quieres tener el control deberás hacerte responsable y dejar de culpar a otros. Ellos no van a solucionar tus problemas, sino que tendrás que hacerlo tú.

10. Hacer demasiadas cosas al mismo tiempo. Algunas personas son especialistas en empezar muchas cosas y no acabar ninguna. Céntrate en una sola meta y préstale toda tu atención y energía. Cuando la hayas alcanzado, céntrate en la siguiente, pero no lo hagas todo a la vez porque tu atención se dispersará y estará descontrolada.

11. Ser egoísta. Alcanzar tus objetivos requiere a menudo la ayuda de los demás. Si eres egoísta y no ayudas a nadie, tampoco habrá nadie ahí para ayudarte cuando llegue el momento. No te obsesiones tanto con alcanzar tus objetivos como para olvidarte del resto de las personas. Procura estar ahí también para ellos.

12. La pereza. Alcanzar metas requiere esfuerzo y trabajo. Si eres de los que prefiere estar viendo la tele, enviando mensajes con el móvil o jugando a vídeo juegos todo el rato, no tendrás tiempo ni ganas para perseguir tus metas. Aléjate un poco de todos esos dispositivos distractores y dedica tiempo y trabajo a tus objetivos.

13. Estar inactivo. Para alcanzar tus metas necesitas energía. ¿De dónde sacas esa energía? Imagina que tienes una bicicleta con una luz que se enciende cuando pedaleas porque el pedaleo hace funcionar la batería. Las personas funcionamos de un modo parecido: túmbate en el sofá durante horas y te quedarás sin energía; sal a la calle a caminar, has ejercicio o mantente activo de cualquier otro modo y tendrás más energía para ir a perseguir tus metas y alcanzarlas.

Fuente:  Por: Ana Muñoz - about.com